El pueblo unido avanza sin partidos

“¿Dónde están las palabras, dónde la casa, dónde están mis antepasados, dónde están mis amores, dónde mis amigos? No existen mi niño. Todo está por construir. Deberás construir la lengua que habitarás y deberás encontrar los antepasados que te hagan más libre. Deberás construir la casa donde ya no vivirás solo. Deberás construir la nueva educación sentimental mediante la cual amarás de nuevo. Y todo lo edificarás sobre la hostilidad general, porque quienes despiertan son la pesadilla de quienes aún duermen.”

TIQQUN

Después de muchos años fuera de la región de Aysén he venido a enchufarme en este covídico 2020 a la realidad de la capital regional. Observo, aliviada de que lxs amigxs no han cambiado, de que se sigue poniendo pecho y seso a las preguntas vitales. También veo y celebro caras nuevas, rebeldes y me sorprende gratamente la inmensa red de tejido comunitario que ha florecido. Cada sector, cada territorio, cada gremio con su identidad definida y sus voces diversas en continua reparación de nuestro entramado social.

Admiro a quienes a lo largo de los años mantuvieron en callado tesón la construcción de espacios comunitarios, nuestro tejido social venía siendo un harapo de hilachas tristes y ahí estaban lxs compañerxs armando jornadas de auto educación, ahí estaban los cabrxs levantando una batucada, ahí estaban lxs vecinxs haciendo olla común, ahí estaban lxs artistas y gestores levantando festivales de acceso gratuito.

¿Donde estaban los militantes de partidos políticos? ¿Haciendo pactos? ¿Trabajando en perdonazos? ¿Atornillados a algún cargo público de dudosa utilidad? ¿Muriéndose de vergüenza por no tener pensamiento propio y defender a lo indefendible? Servel estima una fuga de 36.000 militantes de partidos para noviembre del 2020 ¿ Y nosotrxs para este proceso constituyente tenemos que tomar los cupos que “generosamente” nos ofrecen en sus cochinas listas “porque la política no se hace sin partidos políticos”?

Entiendo, traduzco que quienes militan en las estructuras político partidistas leen el mundo bajo una óptica competitiva y jerárquica. No lo entiendo así por capricho, ni por que este terriblemente ofuscada por la actitud venal de ofrecimiento de cupo en listas de partidos a nuestros referentes. Comprendo que los militantes hayan otorgado su voluntad y consciencia a un plan de orden y obediencia mayor que está contenido en lealtad a un programa de política partidista nacional. Entiendo perfectamente la necesidad de querer pertenecer y aglutinarse a un sentimiento común. Puedo comprender intelectualmente la lógica de esto, pero no voy aguantar “Estrechez de corazón” . No comparto el deber de obediencia hacia estructuras de poder que trabajan y amoldan a las subjetividades hacia la deformación del pensamiento único. Ya sabemos las tristes consecuencias de lo que compete subsumirse, pactar, hacer arreglines con el mal menor en pos de un supuesto beneficio colectivo. El pensamiento hegemónico demoniza y desedeña la diferencia. A su vez -y beneficiosamente- la grieta de la diferencia nos aleja de los discursos buenistas de integración e igualadad. No queremos pertenecer, no queremos ser uniformadxs, no queremos ser incluidxs y “agradecer esta oportunidad” queremos habitar nuestra fuga, nuestra alegre rebeldía, queremos experimentar re construir nuestro tejido comunitario y otorgar una vocería para el sueño trucho reformista republicano y lo haremos así- y así lo estamos haciendo- no tanto por que creamos en el viejo pascuero, si no más bien por que escuchamos y pertenecemos a nuestras comunidades y entendemos que La voz del Pueblo no es un adorno a la hora de ganar votos si no una praxis ética que supera todo discurso.

Pertenezco al inmenso universo de casi el 50% de abstención histórica en los comicios de sufragios electorales previos a la elección del octubre pasado. No obstante, he militado en las causas sociopolíticas que me han convocado por corazón, ética y seso desde que tengo memoria. Y no estoy sola, somos muchas, muchos, muches y tenemos calle, tenemos hambre, tenemos rabia, tenemos ñeque ,sabemos trabajar y PENSAR horizontalmente, escucharnos, deconstruirnos, interrogarnos y seguir trabajando con tesón, día y noche, colectivamente, habitando un mundo por fuera de las deformaciones de las gobernanzas.

Así como desde partidos políticos se han acercado a nuestrxs referentes para adherirlos a sus listas “por qué no tenemos oportunidad” — ¿?- Hago un llamado a modo personal a que renuncien a su militancia político partidista y se integren a la asamblea más cercana que tengan para aprender hacer verdadera política: Horizontal, de una práctica colectiva ética y por sobre todo antiautoritaria.

Naara Andariega

Noviembre 2020

La foto la tomé de uno de los murales intervenidos del GAM en diciembre 2019.